El concepto «liberalismo» aparece de manera cotidiana en las conversaciones y debates sobre política, economía o moral. Sin embargo, su significado e implicaciones pueden con frecuencia no ser evidentes e incluso resultar engañosas. ¿El liberalismo supone estar a favor de una fiscalidad reducida? ¿O hace referencia a un conjunto de ideas progresistas en asuntos como la religión, las drogas, la eutanasia o la sexualidad? ¿Está a favor de las grandes empresas y de sus conexiones con el poder político o justo de lo contrario? ¿Ser liberal significa mostrarse partidario del derecho a la autodeterminación de los pueblos, de la unidad de las naciones históricas o de ninguno de estos conceptos? ¿O acaso el liberalismo equivale simplemente a la defensa de un sistema democrático similar al actual?
Según Rallo, el liberalismo es una filosofía política minimalista que no pretende establecer de manera rígida lo que está bien y lo que está mal en todos los aspectos de nuestra existencia, sino que únicamente aspira a descubrir cuál es el marco jurídico necesario para que cada uno pueda vivir su propia vida sin más limitación que la de respetar a los demás. El liberalismo promueve un conjunto de derechos humanos de carácter universal e igualitario —la libertad personal, la propiedad privada, la autonomía contractual y la reparación del daño causado— que se materializan globalmente en la libre asociación civil y en el libre comercio generalizado. De este modo, el orden político liberal sienta las bases jurídicas que permiten la coexistencia, la cooperación y la convivencia pacífica entre todas las personas, al tiempo que se respetan los heterogéneos, plurales y diversos proyectos de vida de cada una de ellas.
Autor: Juan Ramón Rallo
Edición: 1ra
Año: 2019
Encuadernación: tapa blanda
Páginas: 272
Peso: 377g
Idioma: Español
Editorial: Valletta Ediciones