El incesante torrente de dólares emitidos por el déficit comercial estadounidense —símbolo de la decadencia de un imperio que ya no produce sino que imprime— ha alimentado, paradójicamente, el ascenso de una autocracia comunista que aprendió a utilizar las herramientas del mercado sin abrazar jamás su espíritu. China ha logrado, con una mezcla de planificación central y oportunismo mercantil, extender sus tentáculos sobre Asia, África, el Pacífico y América Latina, asegurándose el control de recursos vitales para mantener su estructura estatista a flote. Algo que la Unión Soviética, con todo su aparato, jamás consiguió.
Pero el talón de Aquiles persiste: un sistema bancario completamente nacionalizado, que impide a su moneda convertirse en un verdadero medio de intercambio internacional. No obstante, mientras Estados Unidos continúa hipotecando su futuro y destruyendo el valor del dólar con déficits y deuda, el escenario se prepara para una posible sustitución de la divisa hegemónica. Así, el mundo presencia una ironía histórica: el país que abandonó los principios del libre mercado financia, con su propio despilfarro, el ascenso del estatismo global.
Autor: José Antonio de Aguirre
Edición: 1ra
Año: 2025
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 70
Idioma: Español
Editorial: Unión Editorial